lunes, 24 de noviembre de 2014

Un Corazón Naufragado

Varias hora después, volvió a mí la consciencia y finalmente me pude reincorporar y comenzar a andar, para reconocer el terreno y buscar agua que se pudiese beber. De nuevo la Soledad lo impregnaba todo en mi vida. Lo había perdido todo, hasta las ganas de vivir. Y todo por amor, por entregarme por completo, por amar sin reservas, por darlo todo.
Nunca aprenderé.
Encontré un manantial, bebí un poco de agua. Hay que seguir adelante. Debo intentar sobrevivir, ¿qué remedio?
Mi hijo, ¿dónde estará?, ¿estará bien?, no quiero que sufra, él no tiene culpa de nada, él no pidió venir a este mundo. Fue mi error no elegir a la persona correcta.
Y a medida que caminaba recordaba...

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